Guardamos esta instantánea en una vieja caja de zapatos, la olvidamos durante muchos años cerca de una gotera húmeda y así obtenemos esa bonita y añeja pátina que nos transporta casi un siglo atrás en el tiempo.
Añadimos la tipografía para que finalmente se convierta en la portada de un libro. Y no necesitamos mas ingredientes para servir una excelente aventura épica de la mano de Wallace Breem.
1 comentario:
Me encanta!!! enhorabuena!!!
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